DETECTAR
EL CÁNCER DE MAMA NO ES SUFICIENTE. EL NUEVO LLAMADO ES: DETECTAR CON PRECISIÓN
Este
octubre, la Fundación FICMAC quiere agregar al llamado tradicional de detectar
a tiempo para escalar a un nuevo nivel, detectar con precisión. La
ciencia ya demostró que no existe un único cáncer de mama, sino muchos tipos
distintos que requieren tratamientos diferentes. “Cada tumor tiene su propia
huella genética. Esa información está en su ADN y determina su comportamiento,
su agresividad y su respuesta a las terapias. Lo que salva a una paciente puede
ser inútil o incluso perjudicial para otra”, explica el doctor Andrés
Felipe Aristizábal PhD, vocero de FICMAC.
Gracias
a los avances en genética y biología molecular, la medicina de precisión está
revolucionando la oncología: pruebas de secuenciación de nueva generación que
leen miles de mutaciones en minutos, perfiles de expresión génica que permiten
identificar quién realmente necesita quimioterapia y quién puede tener
alternativas diferentes, biomarcadores que abren la puerta a terapias dirigidas
más efectivas y con menos toxicidad. La diferencia es radical, menos
tratamientos innecesarios, más calidad de vida y mejores pronósticos para los
pacientes.
De
acuerdo con Alejandra Toro, presidenta de la Corporación Luz Rosa: “Hoy ya
no basta con decir que se ha detectado un cáncer; necesitamos conocerlo en
profundidad. Cada tipo de cáncer de mama tiene subtipos con mutaciones
específicas, y para identificarlos es fundamental la secuenciación genómica.
Solo así podemos determinar cuál es la mejor opción terapéutica, reducir
efectos secundarios y ofrecer tratamientos dirigidos y personalizados.
Diagnosticar correctamente no es solo un paso médico: es abrir ventanas de
oportunidad para que cada paciente reciba la atención más efectiva y tenga más
posibilidades de un futuro lleno de esperanza.”
Iniciar
una terapia sin conocer el tumor puede ser un camino a ciegas
El
costo de desconocer la estructura particular de un tumor en los senos puede ser
devastador. Entre las principales consecuencias se encuentra la pérdida de
tiempo valioso, mientras la enfermedad avanza, exposición a quimioterapia que
no tendrá resultados óptimos, menores tasas de supervivencia y un mayor riesgo
de recurrencia. “La consecuencia más frecuente de no identificar bien un
tumor antes de iniciar la terapia es darle a la paciente un tratamiento
ineficaz. Y en cáncer de mama, equivocarse significa perder tiempo, salud y
vidas”, añade el Dr. Aristizábal.
El
reto en Colombia es enorme. Hoy, las pruebas genómicas aún no están disponibles
para todas las mujeres que las necesitan; el acceso depende del asegurador, de
la región o incluso de la capacidad de la paciente para exigirlas. De acuerdo
con Alejandra Toro de Luz Rosa, la solución pasa por dos caminos: lograr
cobertura real y oportuna en el sistema de salud, y educar tanto a médicos como
a pacientes sobre la importancia de incluir estudios moleculares antes de
iniciar cualquier tratamiento.
Cada
cáncer de mama es único, y cada mujer merece un tratamiento diseñado a su
medida. Para las pacientes, el mensaje es clave: la mamografía puede salvar tu
vida, pero comprender la genética de tu tumor es lo que permite definir la
terapia más efectiva. Después del diagnóstico, como sugiere Alejandra Toro, “la
pregunta esencial es: ¿Qué tipo de cáncer tengo? y dentro de ese tipo, ¿qué
subtipo es? Conocer el nombre y apellido de tu cáncer es lo que hace posible un
tratamiento verdaderamente personalizado, enfocado en tus necesidades
específicas y en aumentar las posibilidades de superar la enfermedad.”
Octubre,
más que un mes rosa, es un recordatorio de que la ciencia y la esperanza
avanzan juntas, y que conocer con precisión lo que ocurre dentro del cuerpo
puede transformar vidas, proteger familias y abrir futuros llenos de
posibilidades.
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