¿ESTÁ INTERESADO EN ELIMINAR EL CONSUMO DE CARNE ANIMAL? CONOZCA QUÉ TENER EN CUENTA
Realizar este tipo de cambios en la alimentación es motivado por diferentes factores. Algunos de ellos tienen que ver con aliviar alguna patología, lograr una vida más saludable, combatir el sufrimiento animal causado por los seres humanos, cuidar el medio ambiente, entre otros. Al respecto, Ana Cecilia Pineda, médica internista adscrita a Colsanitas y especializada en nutrición a base de plantas del Centro de Estudios de Nutrición T. Collin Campbell y Cornell, indica que es fundamental tener un propósito para hacer esta transformación pues “Tener un objetivo hace posible la transición y que el cambio sea sostenible en el tiempo”.
A continuación, se explican 5 puntos que se deben
tener en cuenta para dar el paso hacia la eliminación del consumo de carne:
1.
Investigar: antes de tomar una decisión es ideal investigar
lo que hay al respecto del tema, tener clara toda la información y consultar
especialistas. Pineda señala que “Cambiar la dieta no debería ocasionar ningún
tipo de reacción adversa en el cuerpo, al contrario, muchos pacientes
experimentan cambios positivos, como tener mayor energía”. Sin embargo, esto
dependerá también en gran medida de la responsabilidad con la que se realice el
proceso.
2.
Consultar con un experto: una vez se toma la decisión, el paso
siguiente es acudir a un especialista de la salud debido a que cada organismo
es diferente y tiene requerimientos nutricionales distintos. Precisamente, Luz
Stella Hidalgo, nutricionista y dietista adscrita a Colsanitas, indica que “es
clave calcular el aporte de los requerimientos nutricionales diarios para
evitar cualquier déficit de vitaminas o minerales”. Esto además, permitirá el
óptimo funcionamiento del cuerpo.
3.
Hacer el proceso de forma paulatina: tomar la decisión de eliminar el consumo
de carne o de alimentos de origen animal, no implica que sea necesario cambiar
de un día para otro. Por el contrario, lo mejor es lograr una transición
progresiva para tener una mayor adherencia a estos nuevos hábitos. Una forma de
hacerlo es, por ejemplo, elegir tres días a la semana para llevar una
alimentación basada en plantas, así tanto el cuerpo como la persona se
acostumbrará poco a poco.
4.
Recordar los beneficios: es importante tener en cuenta que, a
pesar del aporte nutricional que pueden generar las carnes, las dietas
vegetales también tienen un impacto positivo en el cuerpo. Control del peso,
disminución del colesterol en sangre, mejor digestión y mayor energía, son
algunos de los beneficios más reconocidos.
5.
Tener presentes los alimentos infaltables: en la transición hacia el vegetarianismo,
hay alimentos que no pueden faltar. Entre ellos se encuentran las leguminosas
como garbanzos, lentejas, fríjoles, arvejas y soya; los cereales integrales
fortificados como avena, quinua y amaranto; vegetales como el brócoli, la
espinaca, los champiñones y verduras en general; frutos secos como almendras,
maní, marañones y pistachos, pues tienen proteína vegetal y grasas saludables.
Por último, tenga en cuenta que, si bien, para
vegetarianos y veganos se recomiendan micronutrientes como hierro, zinc,
calcio, vitamina B12 y vitamina D, complementar la dieta con suplementos
vitamínicos deberá ser una decisión que se tome bajo asesoría médica y con base
en el examen físico y el estado nutricional de la persona.
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