PARTO NATURAL O CESÁREA ¿CUÁL ES LA MEJOR OPCIÓN?
El cuerpo femenino, en la mayoría de los casos, está diseñado anatómicamente para dar a luz. Durante el parto vaginal la madre tiene la oportunidad de participar en el nacimiento de sus hijos de forma activa y consiente, hay menor sangrado, la recuperación es más rápida, hay menos dolor y un menor riesgo de infección. Para los recién nacidos, esta forma de llegar al mundo les permite adaptarse de forma más fácil a su nuevo ambiente.
Por su
parte, cuando se habla de la cesárea, hay unos riesgos que aumentan, dado que
se trata de una cirugía que requiere anestesia general, que genera una herida
que ocasiona mayor sangrado, con peligro de infección y de producir lesiones en
órganos vecinos. Esta también supone un reto para las madres, pues la recuperación
toma más tiempo y hay más dolor posoperatorio.
Al
respecto, Alberto Meisel, jefe del departamento de ginecología de la Clínica
Reina Sofía, afirma que “A la cesárea únicamente debería acudirse en
situaciones precisas, que pueden ser maternas o fetales. Las maternas se dan
cuando tenemos antecedentes de algunas cirugías uterinas, trabajos de partos
prolongados o alteraciones anatómicas de la pelvis materna. Por su parte, las
fetales se dan cuando el bebé viene en mala posición, hay embarazos múltiples, si
el menor es de gran tamaño, entre otras”.
Alrededor
del parto natural y la cesárea existen muchos mitos, de hecho, cuando está
cerca el momento de dar a luz, los padres suelen llenarse de información que no
es cierta, según afirma el doctor Meisel. Por ello, a continuación, el
especialista nombra algunos de los mitos acerca de este procedimiento:
Mitos del parto natural
1. El parto natural está lleno de
dolor. Esto es falso.
Hoy en día el uso de analgesia peridural
hace que el trabajo de parto sea sin dolor y no afecte la progresión normal del mismo.
2. La analgesia peridural es
dañina. Esto es falso. Se trata de un procedimiento seguro
que ayuda a la evolución favorable del trabajo de
parto y con mínimos riesgos de
complicaciones.
3. Se debe rasurar el vello púbico antes del parto. Esto es falso. De hecho, en algunos casos, esta práctica puede producir laceraciones que aumentan el riesgo
de infección.
4. Se debe aplicar un enema antes
del trabajo de parto. Esto es falso. Anteriormente se
utilizaba casi que de forma obligatoria, pero hoy en día ya existe suficiente
evidencia de que esta práctica no es necesaria.
5. Se deben tomar bebidas o hacer
baños de
asiento para ayudar a la dilatación. Esto es falso. No existe ninguna evidencia científica de esta acción y, por el contrario, sí hay algunos
casos en los que se pueden presentar quemaduras en los casos de los baños de
asiento.
Mitos de la cesárea
1. La cesárea es el parto ideal. Esto es falso. El parto vaginal sigue siendo la mejor vía de elección para el nacimiento de un bebé. La cesárea debe realizarse únicamente bajo
condiciones médicas precisas.
2. El bebé no corre riesgos. Esto es falso. La cesárea es una cirugía, razón por la cual existen riesgos para el bebé,
principalmente al momento de la extracción.
3. La cesárea es sencilla y ahorra
tiempo. Esto es falso. La cesárea es un procedimiento quirúrgico mayor con muchos más riesgos tanto para la madre como para el recién nacido, en comparación con un parto vaginal.
4. Después de una cesárea los
demás partos tienen que ser por cesárea. Esto es
falso. La decisión de los próximos partos dependerá de otros factores en los
que, por supuesto, se estudiará la indicación de la primera cesárea junto con
otros factores.
5. La lactancia inmediata en la cesárea se debe retrasar. Esto es falso. Hoy en día tanto en el parto vaginal como en la cesárea se promueve la lactancia temprana de los bebés.
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