LAS
REGLAS DE ORO PARA ELEGIR ZAPATOS, SEGÚN LOS EXPERTOS
Que usted se sienta cómodo en su calzado que ya ha utilizado no implica necesariamente que sean los zapatos adecuados. Según artículos publicados en el Journal of Foot and Ankle Research, entre el 63% y 72% de los participantes de los estudios usan calzado de talla equivocada. “Dada la flexibilidad de las articulaciones de los pies, es usual que estos se acomoden dentro del calzado, especialmente, en los zapatos estrechos y de puntas, pero no es lo más saludable. Si no se respeta la anatomía de los pies, tarde o temprano aparecerán lesiones y deformidades dolorosas y permanentes”, comenta el doctor Castro.
La compra de calzado debe ser aconsejada por un especialista, no por un vendedor. De igual forma, hay prácticas que pueden ayudarnos a no cometer errores en el momento de la compra, por ejemplo, probarse el calzado en la tarde, es preferible a hacerlo en la mañana, pues el pie está mas dilatado. Caminarlo y verificar que la horma y la talla no le molesten es fundamental. Para verificar la talla, un método común es poner la punta del dedo de la mano en la parte trasera del zapato y comprobar que sobre un espacio del ancho del dedo. Verificar la horma puede llegar a ser más complicado, pues incluso dentro de la misma talla, el ancho del pie varía según la persona, por lo que el doctor Castro recalca la importancia de caminar los zapatos en la tienda.
Tener el factor de la moda como prioridad puede llegar a ser peligroso. Según los investigadores Lorkowski y Pokorski en un estudio publicado en el 2023, el 66% de las mujeres que usan tacones lo hacen por presión social. El uso de este tipo de zapato cambia las zonas de apoyo natural del pie, el cual al estar descalzos reposa el 75% del peso en el talón, y el 25% restante en el antepié. Al usar tacones, esta relación puede cambiar a 50%-50%, o incluso se puede invertir a 25%-75%. Por esto, el uso de tacones desde temprana edad puede causar alteraciones posturales permanentes que afectan el pie, y pueden llegar a trastocar cabeza, espalda, pelvis y rodillas.
Pasarse a zapatos planos tampoco es ideal. Las baletas, chanclas o zuecos de goma pueden ser opciones cómodas para estar en casa, pero “no dan ninguna estabilidad, no son recomendados para actividades diarias, y como el soporte depende enteramente de su material ligero, se sobrecarga el talón, lo que puede ser muy doloroso”, afirma Carolina Romero Cárdenas, ortopedista cirujana de pie y tobillo adscrita a Colsanitas.
El caso de los zapatos deportivos es distinto, pues han avanzado técnicamente para optimizarse en los últimos 50 años. Esta opción permite la transpiración del pie y así reduce la humedad, causante de ampollas y disminuye la presencia de callos e infecciones micóticas por hongos. La oferta acá es amplia, pues se divide en distintas categorías; de competencia o entrenamiento, para principiantes o deportistas experimentados, para caminar o correr. Un factor clave es saber qué tipo de pisada tiene:
·
Hiperpronadora: Al
caminar inclina el tobillo hacia dentro. Es común, por lo que hay ofertas en el
mercado abundantes para esta condición. Si el apoyo no se corrige, hay riesgo
de fascitis, tendinitis aquilana y de los peroneros.
· Supinadora: Inclina el tobillo hacia afuera. Al ser más rara, la oferta para esta condición es casi nula. El riesgo en este caso puede ser de fracturas por estrés, sobretodo en el cuarto y quinto metatarsiano.
Aunque se divisa que en el
futuro habrá opciones personalizadas para cada tipo de pie, pisada y actividad,
por ahora es indispensable prestarle atención a los zapatos que se escogen,
pues los usamos todos los días. Como dice la doctora Romero, “los pies también
importan”, y cuidarlos es crucial para aumentar su bienestar.
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