MALNUTRICIÓN Y COVID-19: COMBINACIÓN PELIGROSA PARA
LA SALUD
Luego de casi
cinco meses de cuarentena, en los que la población colombiana se ha tenido que resguardar,
siguen muchas especulaciones acerca de la infección por Covid-19, su alcance y
su forma de contagio. Pese a esto, la prevención, acatando las medidas de
aislamiento, distanciamiento social, lavado de manos y uso permanente de
mascarilla, sigue siendo la mejor opción para proteger la vida y la salud.
Si bien, se ha
mencionado que pacientes diabéticos o con hipertensión arterial son más propensos
a sufrir una presentación severa de la enfermedad causada por el Covid-19, poco
se ha alertado a la sociedad sobre la gran problemática motivada por un estado
previo de malnutrición. Pero ¿Qué es malnutrición?, bien, la malnutrición,
acorde a la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro
para Control y Prevención de Enfermedades (CDC), hace referencia a un
desequilibrio de energía y nutrientes, ya sea por déficit o por exceso, promoviendo
el desarrollo de patologías como la desnutrición, los desequilibrios de
vitaminas o minerales, el sobrepeso y la obesidad.
La crisis
actual y la necesidad de autoaislamiento ha conllevado cambios en los hábitos alimentarios.
La preocupación crece cuando se consumen alimentos procesados y
ultra-procesados (alimentos pre-cocidos, enlatados, curados, con aditivos
artificiales) en la dieta habitual, mientras se mantiene un bajo consumo de
alimentos frescos como frutas y verduras. Este es un claro ejemplo de un
desbalance nutricional.
“Las alteraciones metabólicas y nutricionales subsecuentes
que emergen de hábitos alimentarios inadecuados como consumo excesivo de
azúcares, grasa saturada y bajo consumo de vitaminas y minerales, pueden
generar daños en diversos órganos, promoviendo procesos de oxidación. Estos
procesos suscitan un deterioro general de la salud y pueden alterar el adecuado
funcionamiento del sistema inmune, llevando a un mayor riesgo de complicaciones
al adquirir la infección por COVID-19”, afirma Natalia
Cárdenas Quiñonez, nutricionista de la Clínica Medical.
De esta
manera, la malnutrición es un gran problema en tiempos de pandemia. Existe
evidencia científica certera respecto la asociación entre sobrepeso y obesidad
con el desarrollo de enfermedades crónicas como diabetes, dislipidemia, cáncer
y problemas cardiovasculares. A lo anterior, se le suma el hecho de
que la obesidad puede dificultar el control glucémico y aumentar las respuestas de inflamación en el cuerpo, que
conllevan mayor morbilidad y mortalidad por COVID-19”, añade Cárdenas
Quiñonez.
Por otro lado, un bajo peso, así como el déficit de nutrientes
esenciales para la función del sistema inmune, y la defensa antioxidante, como
proteínas, zinc y vitaminas C, D, E, A, entre otros, se asocia con desenlaces
negativos en pacientes con enfermedades infecciosas y mayor riesgo de muerte.
Así las cosas,
el cuidado nutricional integral es uno de los pilares de la prevención y
tratamiento de la enfermedad causada por el COVID-19. Como medidas generales,
se recomienda mantener una buena hidratación, consumir al menos 5 raciones
entre frutas y verduras frescas al día, con el fin de asegurar un adecuado
aporte de micronutrientes. Elegir productos integrales, carnes frescas, incluir
pescado y aceites fuentes de omega 3 al menos una vez por semana, y evitar al
máximo los alimentos precocidos y las comidas rápidas.
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