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Las tasas de hospitalización
por COVID-19 en la población pediátrica son superiores a las causadas por otras
infecciones típicas de la infancia[i].
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De acuerdo con los expertos de
SLIPE al menos un 5-10% de los menores con el virus experimenta COVID
prolongadoii.
El Dr. Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de
Infectología Pediátrica (SLIPE), explica que si bien es poco probable que los
niños sufran COVID-19 sintomático grave, las cifras de hospitalización por la
enfermedad en la población pediátrica son superiores a las causadas por otras
infecciones típicas de la infancia como la influenza, la tosferina, la hepatitis
A, el rotavirus, la varicela, entre otrasi. Por esta razón, los
pediatras instan a los padres a mantener al día la vacunación de sus hijos
contra estas enfermedades inmunoprevenibles, cuyas coberturas se han visto
disminuidas durante la pandemia.
Por otro lado, algunos niños contagiados con el
virus que causa COVID-19 pueden verse afectados por el síndrome inflamatorio
multisistémico pediátrico (MIS-C, por sus siglas en inglés), una afección en la
que se produce una inflamación generalizada y descontrolada que puede requerir
hospitalización en unidades de cuidados intensivos. La tasa de letalidad de este
síndrome varía entre el 1% y el 8%[ii],
dependiendo de las condiciones sanitarias y sociales.
Asimismo, al menos un 5-10% de los pacientes
pediátricos puede experimentar el COVID-19 prolongado, un conjunto de
manifestaciones multiorgánicas que persisten por varios meses después de la
infección inicial. Se ha evidenciado que
las secuelas crónicas incluyen fatiga, dolor muscular y articular, problemas
respiratorios y falta de olfato incluso después de 3 meses de la infección[iii].
Los efectos no solo se presentan a nivel físico, según un metaanálisis
reciente, también influyen en la salud mental de los niños; el 31% presentan
síntomas depresivos, otro 31% presentan síntomas de ansiedad, y el 42%
presentan trastornos del sueño[iv].
Por eso, la vacunación contra el COVID-19 en la
población infantil es crucial. Las vacunas bivalentes que existen actualmente
contra el virus tienen dos componentes de ARNm: uno corresponde a la cepa
original del virus y ayuda a proteger contra el COVID-19 en general, mientras
que el otro corresponde a los linajes BA.4 y BA.5 de la variante ómicron, para
proporcionar una protección adicional y mejorada contra esta variante del
virus.
Las vacunas basadas en la plataforma tecnológica de ARNm han demostrado ser altamente eficaces en la prevención de la infección por el virus y en la reducción de la gravedad de la enfermedad. Las vacunas están adaptadas para todas las edades, incluyendo a niños a partir de los 6 meses de edad, teniendo en cuenta que las tasas de hospitalización en los niños no vacunados doblaron a las de los niños vacunados[v].
Es importante destacar que la vacunación contra
el COVID-19 no solo protege a los niños, sino que también ayuda a prevenir la
propagación del virus en la comunidad, evitando que otras variantes del virus
emerjan. Además, la vacunación protege a personas vulnerables, como aquellos
que son inmunosuprimidos o tienen otras condiciones médicas crónicas[vi].
"La vacunación contribuye a la disminución
de la carga asistencial de las unidades de cuidados intensivos y a la
reactivación de la vida escolar y social, con todas las implicancias positivas
que ello conlleva para el desarrollo integral del niño. La evidencia científica
respalda ampliamente el uso de las vacunas de ARNm en los niños, cuyos
beneficios son mayores que los riesgos. Por esta razón, los pediatras debemos
liderar la promoción y administración de esta medida preventiva". Afirma el Dr. Roberto
Debbag.
En conclusión, la vacunación contra el COVID-19 es esencial para proteger a los niños, niñas y a la comunidad en general. Los pediatras deben educar a las familias sobre la importancia de la vacunación y combatir las noticias falsas que puedan generar miedo injustificado. La vacunación es una herramienta poderosa para hacer que la población infantil crezca en un ambiente más seguro y saludable, y que puedan contar con la misma protección con la que ya cuentan los adultos.
[i] Comité de Vacunas y Biológicos de la
Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE). GUÍA SOBRE VACUNACIÓN PARA COVID EN
NIÑOS. 2023.
[ii] Ruvinsky S, Voto C, Roel M, Fustinana A,
Veliz N, Brizuela M, et al. Multisystem Inflammatory Syndrome Temporally Related to COVID-19 in
Children From Latin America and the Caribbean Region: A Systematic Review With a
Meta-Analysis of Data From Regional Surveillance Systems. Front Pediatr.
2022;10:881765
[iii] Morello R, Martino L, Buonsenso D. Diagnosis and
management of post-COVID (Long COVID) in children: a moving target. Curr Opin
Pediatr. 2023
[iv] Iacobucci G. Covid-19: Pandemic has disproportionately
harmed children’s mental health, report finds. BMJ. 2022;376:o430.
[v] Marks KJ. COVID-NET Surveillance Team. Hospitalization
of Infants and Children Aged 0-4 Years with Laboratory-Confirmed COVID-19 -
COVID-NET, 14 States, March 2020-February 2022. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2022
Mar 18;71(11):429-436.
[vi] COVID-19 Vaccine Interim COVID-19 Immunization Schedule
for Persons 6 Months of Age and Older Disponible en: https://www.cdc.gov/vaccines/covid-19/downloads/covid-19-immunization-scheduleages-6months-older.pdf:
Centers for Disease Control and Preventi
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