PARKINSON: UNA ENFERMEDAD NEURODEGENERATIVA QUE HA DUPLICADO SUS CASOS EN LOS ÚLTIMOS 25 AÑOS
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A nivel
mundial cerca de 8,5 millones de personas en el mundo padecen de esta
enfermedad.
● La actividad física como parte del tratamiento puede evitar el avance de este trastorno.
De acuerdo con el Doctor Juan Diego Vargas, neurólogo clínico del Hospital Infantil Universitario de San José, el Parkinson es una enfermedad crónica y progresiva del sistema nervioso que afecta principalmente la capacidad de control del movimiento de las personas. Al ser un trastorno progresivo, los síntomas pueden aparecer lentamente y presentarse de diversas formas, como temblores, rigidez muscular, o dificultades con el equilibrio y la coordinación.
Sin embargo, Vargas señala que la sintomatología puede variar
significativamente de una persona a otra a pesar de que es una enfermedad más
común en grupos poblacionales mayores a 60 años.
La vida de una persona con Parkinson puede ser una travesía llena de
altibajos emocionales y físicos, pues factores como la progresión de la
enfermedad pueden afectar profundamente la calidad de vida. En los casos más
avanzados, esta enfermedad representa una batalla con el cuerpo para realizar
tareas cotidianas. Actividades aparentemente sencillas, como levantarse de una
silla o tomar una taza de café pueden convertirse en desafíos monumentales. Por
esta razón, la fortaleza y la resiliencia de quienes enfrentan esta enfermedad
son verdaderamente inspiradoras.
A su vez el Doctor Vargas resalta que el Parkinson necesita de un
diagnóstico clínico y del acompañamiento constante del paciente durante los
tratamientos. Sin embargo, aclara que esta es una enfermedad sin cura, por lo
que enfatiza en la importancia de la prevención. En este contexto, señala que el ejercicio
puede contribuir a prevenir la aparición de enfermedades neurodegenerativas
como el Parkinson por sus propiedades para mantener la función cognitiva del
cerebro. Además, destaca que la actividad física es de gran ayuda para frenar
el avance de este trastorno, y por tanto, debe integrarse en los tratamientos
siempre con el respaldo de un profesional.
Finalmente, se destaca el papel de los familiares, amigos y cuidadores en la vida de las personas con una enfermedad neurodegenerativa. Estas condiciones representan un gran reto para las personas que la padecen, por lo que la comprensión, el apoyo emocional y la paciencia son herramientas indispensables en el cuidado de una persona con Parkinson y pueden marcar una gran diferencia en la vida de aquellos que enfrentan esta enfermedad.
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