martes, 11 de marzo de 2025

Día Mundial del Sueño: 14 de marzo de 2025

 DORMIR MAL, ENFERMA: EL IMPACTO SILENCIOSO DE LA FALTA DE SUEÑO EN LA SALUD

En un mundo donde el ritmo acelerado de la vida moderna ha convertido al insomnio en una epidemia silenciosa, el sueño de calidad se ha vuelto un lujo que pocos logran alcanzar. Aunque muchas personas creen que duermen bien, la realidad es que los trastornos del sueño pueden estar afectando su salud de manera silenciosa y progresiva. Miguel Arturo Silva Soler, neurólogo con maestría en Medicina del Sueño, advierte sobre los riesgos de una mala higiene del sueño y cómo recuperar el descanso reparador sin depender de medicamentos.

¿Cómo saber si realmente estamos durmiendo bien?

Según el doctor Silva Soler, la cantidad de horas de sueño no siempre es un indicador de descanso efectivo. “Muchas personas creen que están durmiendo bien solo porque pasan suficiente tiempo en la cama, pero la calidad del sueño es clave”, explica. Algunas señales de que podríamos estar descansando mal incluyen:

·      Despertarse varias veces en la noche sin una razón aparente.

·      Sensación de fatiga o somnolencia durante el día, a pesar de haber dormido.

·      Dificultad para concentrarse y cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o ansiedad.

·      Dolores de cabeza matutinos o tensión muscular al despertar.

Estos síntomas pueden indicar trastornos del sueño como insomnio, apnea del sueño o alteraciones en el ritmo circadiano, condiciones que afectan gravemente la salud si no se tratan a tiempo.

Las consecuencias de dormir mal: un riesgo para la salud física y mental

La falta de sueño no solo genera cansancio, sino que tiene efectos graves en el organismo a largo plazo. “Un descanso inadecuado está vinculado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, obesidad y diabetes. Además, afecta el sistema inmunológico, volviéndonos más propensos a infecciones”, señala Silva Soler, jefe del servicio de neurología del Hospital San José.

A nivel neurológico, la privación del sueño contribuye al deterioro cognitivo, aumentando el riesgo de desarrollar trastornos como ansiedad, depresión e incluso enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. “Dormir bien es tan importante como llevar una alimentación saludable y hacer ejercicio; sin un sueño adecuado, nuestro cuerpo no puede recuperarse ni funcionar correctamente”, enfatiza el especialista.

¿Cómo mejorar la calidad del sueño en un mundo lleno de pantallas y estrés?

El uso excesivo de dispositivos electrónicos y el estrés crónico son dos de los principales enemigos del sueño. El doctor Silva Soler, que también ejerce cátedra de medicina recomienda adoptar hábitos saludables para optimizar el descanso:

    Regularidad en los horarios: Dormir y despertar a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.

    Evitar pantallas antes de dormir: La luz azul de celulares y computadores altera la producción de melatonina, la hormona del sueño.

    Ambiente adecuado: Un dormitorio oscuro, silencioso y con temperatura agradable favorece un sueño profundo.

    Cena ligera: Evitar comidas pesadas o cafeína en la noche mejora la conciliación del sueño.

Pastillas para dormir: ¿solución o riesgo?

El uso de medicamentos para dormir ha aumentado en los últimos años, pero el doctor Silva Soler advierte sobre sus riesgos. “Las pastillas para dormir pueden ser efectivas en casos puntuales, pero su uso prolongado puede generar dependencia y afectar la arquitectura natural del sueño”, explica. Además, algunos fármacos pueden causar efectos secundarios como somnolencia diurna, pérdida de memoria e incluso aumentar el riesgo de caídas en adultos mayores.

La recomendación es buscar ayuda profesional antes de recurrir a estos medicamentos y optar por enfoques naturales o terapias conductuales para tratar el insomnio.

Alternativas naturales para un sueño reparador

Existen técnicas no farmacológicas que pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño de manera efectiva. “La terapia cognitivo-conductual para el insomnio ha demostrado ser más eficaz a largo plazo que los medicamentos”, señala Silva Soler, director científico de la clínica especializada en sueño Nox Luxtury Sleep, además, enumera otras opciones como:

    Ejercicios de respiración y relajación muscular progresiva.

    Terapia de luz para regular el ritmo circadiano.

    Ejercicio físico regular, pero evitando hacerlo en la noche.

“El sueño no es un lujo, sino una necesidad biológica fundamental. Dormir bien no solo nos hace sentir mejor, sino que nos protege de enfermedades graves y mejora nuestra calidad de vida”, concluye el especialista.

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