El fenómeno de las relaciones parasociales, descrito por los psicólogos Donald Horton y Richard Wohl en los años 50, ayuda a entender este vínculo. Se trata de conexiones unidireccionales, donde el público siente cercanía con personas que realmente no conoce. “Esta relación parasocial es totalmente unidireccional porque, en realidad, no hay una conexión recíproca”, explica Byron Sánchez, especialista en Psicología Clínica de Colsanitas. Según el experto, estas dinámicas nacen de la necesidad humana de pertenecer y sentirse parte de algo.
Las
celebridades, muchas veces, representan aspiraciones y deseos de éxito. Desde
la infancia, se aprende observando el ejemplo de otros y estos referentes
pueden llegar a moldear aspectos importantes de la identidad y estilo de vida.
Sin embargo, la admiración hacia una persona suele estar posibilitada por
cierto grado de desconocimiento lo que lleva a construir imágenes incompletas o
irreales de las figuras públicas y llegar a la idealización.
A
este panorama se suma el debate constante entre ser un fan que apoya
incondicionalmente o convertirse en juez de las acciones de un artista. La
coherencia entre el discurso público y el comportamiento privado de las
celebridades es cada vez más valorada por las audiencias, pero también es
fuente frecuente de críticas y cancelaciones en redes.
Resulta
clave reflexionar sobre cómo se puede construir una relación emocionalmente más
saludable con las celebridades que se siguen. Estos son algunos tips:
●
Reconocer que lo que se ve en redes es
solo una parte de su vida, muchas veces editada y curada.
●
No idealizar: entender que son personas
con virtudes y defectos como cualquiera.
●
Ser coherentes con los propios valores
al decidir qué contenidos consumir o apoyar.
●
Practicar el pensamiento crítico antes
de compartir, comentar o reaccionar a noticias virales.
● Recordar
que, como dice Sánchez, “es fundamental construir una autoimagen basada en
valores personales y significativos, desarrollada a partir de un pensamiento
crítico”.
Finalmente,
mantener una relación emocional equilibrada con las figuras públicas no solo
protege la salud mental, sino que también contribuye a crear espacios digitales
más empáticos y menos tóxicos. Tener conciencia de cómo afectan las
interacciones virtuales con las celebridades permite poner límites, y evitar
caer en dinámicas de odio o comparaciones poco realistas. Recordar que detrás
de cada perfil famoso hay una persona real, con su historia y sus
vulnerabilidades, ayuda a relacionarnos con estas figuras desde una mirada más
humana y consciente.
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