LAS RELACIONES SALUDABLES PUEDEN REDUCIR EL RIESGO DE DEPRESIÓN Y DETERIORO COGNITIVO
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Los vínculos afectivos sólidos actúan como un
escudo biológico: reducen la carga del estrés, protegen la memoria y previenen
el deterioro cognitivo.
● La dependencia emocional y la manipulación psicológica son factores invisibles que deterioran la autoestima, afectan la productividad y debilitan la adherencia a tratamientos médicos.
El psiquiatra Mateo Benítez, especialista en trastornos de la conducta del Hospital Infantil Universitario de San José, explica:
“El cerebro responde a la interacción con los demás. Una sonrisa, una palabra de aliento o un gesto empático activan en nosotros emociones positivas que reducen el impacto del estrés. Cuando cuidamos nuestras relaciones, también cuidamos la salud de nuestro cerebro”.
La
interacción social activa regiones cerebrales clave como el lóbulo frontal y la
ínsula, además de involucrar las neuronas espejo, responsables de reconocer y
reflejar emociones. Así, la empatía, el autocuidado y los vínculos de apoyo no
solo generan bienestar emocional, sino que fortalecen la memoria y aumentan la
llamada reserva cognitiva: la capacidad del cerebro para enfrentar el desgaste
propio del envejecimiento y de enfermedades como el Alzheimer.
Sin
embargo, no todos los vínculos aportan estos beneficios. La dependencia
emocional representa un riesgo silencioso que puede deteriorar la autoestima y
afectar la salud mental a largo plazo. Se manifiesta en conductas como el miedo
excesivo al abandono, la necesidad constante de aprobación, el aislamiento de
amigos y familiares, y la dificultad para tomar decisiones sin la pareja.
Reconocer estas señales de forma temprana es fundamental para prevenir
consecuencias más graves en la vida emocional y social de las personas.
La
manipulación psicológica, una forma de violencia emocional, también representa
un riesgo frecuente: restringe la autonomía, promueve el aislamiento y compromete
el bienestar en ámbitos como el trabajo, la vida social y el seguimiento
médico. Entre los comportamientos más comunes se
encuentran:
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Ridiculizar
o culpabilizar constantemente a la pareja.
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Control
sobre amistades, tiempo o decisiones.
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Tomar la
palabra y anular la voz del otro en espacios sociales o clínicos.
● Descalificación pública y restricción de
autonomía personal.
Fortalecer
la reserva cognitiva implica mantener el cerebro activo y resiliente frente al
deterioro. Este proceso se potencia cuando la persona cultiva vínculos
empáticos, realiza actividad física con regularidad, aprende nuevas habilidades
o idiomas, y se integra en espacios sociales dinámicos.
Cuando
las alternativas de apoyo emocional, redes sociales y tratamientos clínicos
convencionales no son suficientes, la medicina explora opciones más complejas
para los casos de depresión resistente. En ese contexto han surgido las
cirugías de neuromodulación, que recientemente han generado atención en
Colombia. Sin embargo, Benítez advierte que se trata de procedimientos aún muy
limitados y de alto riesgo:
“La
psicocirugía no es nueva y ha avanzado gracias a la tecnología, pero sigue
siendo un procedimiento invasivo, con complicaciones potenciales como sangrado,
infecciones o lesiones cerebrales. Sólo se contempla en casos muy refractarios,
cuando múltiples tratamientos han fallado. La evidencia científica sigue siendo
insuficiente”.
Promover
relaciones saludables no es un simple consejo de vida: es una inversión
estratégica en salud pública. El Hospital Infantil Universitario de San José
recuerda que cada vínculo basado en respeto, empatía y apoyo mutuo contribuye a
reducir la carga de enfermedades mentales, proteger el cerebro y garantizar
comunidades más resilientes. Cuidar la forma en que nos relacionamos es una
herramienta poderosa para construir sociedades más sanas, seguras y
emocionalmente sostenibles.
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