Octubre, mes de la salud mental en el mundo.
¿Cómo armonizamos las
estructuras organizacionales con la velocidad de los cambios exigidos a los
trabajadores?,¿Esa adaptación nos afecta emocional y comportamentalmente? Para Luana Polo, líder de Estrategia en Salud
Psicosocial de Positiva Compañía de Seguros, la respuesta es sí. La psicóloga
señala “Hemos visto el comportamiento de la afectación mental en el país, pero
esto más que alarmarnos, nos impulsa hacia la acción por parte de las compañías
y el autocuidado por parte de los trabajadores”. Para contribuir a los
programas orientados a la gestión mentalmente saludable en las empresas, la
especialista en salud mental brinda tres pautas:
1. Retorno Inteligente al Trabajo: Ya contamos con teletrabajo, trabajo a distancia y trabajo en casa, sumadas a la presencialidad que poco a poco se registra en el mercado laboral. Los retos de la presencialidad implican cambiar nuestro modelo mental del cómo concebimos la presencialidad y construir nuevos conceptos articulados a la presencialidad incluyente, con estas diferentes formas de trabajo en el que los trabajadores desempeñan hoy sus tareas; movilizar nuevas formas de liderazgo, de delegación y coordinación de tareas, integrar estratégicamente a funcionarios a todas las actividades y procesos empresariales a quienes se desempeñen tanto en la virtualidad como en la ocupación física, estructuras y disposición de espacios más orientados a la participación mixta y heterogénea, modernización de procesos, procedimientos y tareas que faciliten el desarrollo inteligente de las funciones.
Propiciar un mejor balance entre la vida familiar y la vida laboral, genera condiciones resilientes mucho más robustas que permiten a las organizaciones una mejor capacidad para superar crisis y situaciones difíciles para salir adelante, acciones que desde la salud mental brindan mayor felicidad, tranquilidad y armonía emocional.
2. Trabajo colaborativo en la revisión de procesos, procedimientos y tareas. Involucrar tanto las líneas jerárquicas, como a los trabajadores en la toma de decisiones relacionadas con los cambios propuestos, permitiéndose un proceso comunicacional incluyente, una participación constructiva y la optimización del relacionamiento laboral.
La salud mental tiene
una reacción inmediata cuando los trabajadores se sienten partícipes de los
procesos de cambio, ya no solo se trata de exigirles y o generar conceptos
ligeros sobre las resistencias al cambio, sea por personalidad o por brechas
generacionales, tal parece, se convierte en la ruta más fácil para justificar
lo que no estamos haciendo bien como empresa.
Las emociones que
involucra el proceso constructivo, sin duda se asocian a mayor creatividad,
estrés positivo por idear buenos aportes, disminución de ansiedad o depresión
común en los escenarios empresariales de hoy.
3. Formación
estratégica y reconocimiento con valor: En este componente se deben involucrar a las familias
con herramientas para la crianza; la inclusión del espacio de casa en la nueva
dinámica laboral a distancia o desde casa, se debe brindar entrenamiento a
líderes futuristas en manejo de equipos mixtos (remotos y físicos) coordinación
y comunicación orientada al servicio inteligente, delegación y monitoreo
estratégico. También dar entrenamiento a trabajadores en uso de las
tecnologías, comunicación y trabajo colaborativo, organización y manejo de
agenda, priorización de tareas, efectividad de gestión, valores y ética
corporativa, competencias blandas y muchos programas que movilicen el factor
humano de forma más integral.
Adicionalmente, la
líder en salud psicosocial recomienda a los trabajadores actuar de manera
responsable, “apropiándonos de los comportamientos y no culpando a otros de
nuestros infortunios, tenemos el poder de decidir, de ejercer nuestra
autonomía”. Ser íntegros en nuestras acciones, es decir, tener claridad
de nuestros valores, de qué nos diferencia de los demás, saber que mi libertad
termina cuando empieza la libertad del otro y finalmente Comunicarse de forma
auténtica, co-crear escenarios de confianza, de expresión y motivación
para el éxito, “ser agradecidos es muestra de humildad profunda, algo que hemos
perdido a lo largo del tiempo”, puntualizó.
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