SÍNDROME DE LAS PIERNAS INQUIETAS, ¿DE QUÉ SE TRATA?
Dentro de sus causas, a veces también se encuentran las alteraciones en el metabolismo del hierro y los niveles bajos de ferritina, la proteína que posibilita el transporte de oxígeno en la sangre. De acuerdo con Leonardo Palacios, médico neurólogo adscrito a Colsanitas, este trastorno puede afectar hasta un 10% de la población mundial, pero es más frecuente en personas mayores de 60 años y lo sufren más las mujeres que los hombres.
Asimismo, el síndrome de piernas inquietas podría tener
relación con la intolerancia al gluten, por lo que se debe revisar este tema y
restringir alimentos con harina de trigo y derivados, en caso de ser necesario.
Otra de sus causas se asocia con alteraciones en la producción de dopamina y la
pérdida de líquido cefalorraquídeo.
Con ayuda del doctor Palacios, a continuación, se
explican las principales características de este síndrome.
1. ¿Cuáles son sus síntomas? Los síntomas de
este síndrome pueden ser leves en muchos casos y pasar desapercibidos. Sin
embargo, también existen casos en los que pueden ser desesperantes y molestos. Algunas
señales de alerta son: el deseo constante e intenso de rascarse las piernas,
sensación de ardor y calor en las piernas, deseo de caminar o frotar los pies
contra alguna superficie o simplemente la necesidad de mover las piernas mientras
se experimenta alguna sensación incómoda.
2. ¿El síndrome de piernas inquietas se asocia con la
ansiedad? Generalmente, no. Los síntomas de una persona con
ansiedad pueden variar según cada caso. Para el síndrome de piernas inquietas el
único síntoma es la incomodidad y el ardor de las piernas y pies.
3. ¿Cómo se diagnostica? Mediante una
polisomnografía con video, que es básicamente un estudio del sueño. En este
examen, se registran funciones corporales por medio de electrodos que se
conectan en las piernas cuando la persona duerme o está intentando quedarse
dormida.
4. ¿Existe tratamiento? El doctor Palacios
menciona que las personas que sufran este trastorno deben consultar al médico para
que este brinde las recomendaciones farmacológicas, bien sea para nivelar con suplementos
la deficiencia de hierro, o para sugerir medicación con fármacos. Asimismo, se puede
intentar evitar alimentos con gluten, hacer ejercicios de estiramiento, caminar
de forma regular, dormir adecuadamente y mantener una higiene de sueño adecuada.
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