jueves, 2 de mayo de 2024

OJO A LOS RIESGOS QUE GENERAN LOS LENTES DE CONTACTO DE COLOR SI NO SE USAN ADECUADAMENTE

Aunque están muy cotizados en el mercado y son ampliamente demandados por las personas que quieren cambiar el color del iris sus ojos y a su vez desean corregir problemas como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, su uso inadecuado puede causar efectos secundarios en la salud visual.  

De acuerdo con Juan David Díaz, docente del programa de Optometría de Areandina, sede Bogotá, con el fin de que los lentes de contacto de color sean tolerables y no generen riesgo, inicialmente tienen que cumplir con cuatro características principales:

“Primero, deben ser permeables al oxígeno para que este llegue sin problema a la córnea; segundo, tienen que estar húmedos con el fin de que se distribuya el líquido en toda su superficie; tercero, deben ser flexibles para que el lente sea más cómodo especialmente para quienes no toleran sentir un objeto extraño en el ojo; y cuarto, tienen que cumplir con la condición de durabilidad lo que garantizará su buen estado a pesar de la manipulación con el tiempo”, afirma.

Cuando una o varias de estas propiedades no se cumple, “se afecta de manera considerable la superficie ocular de la persona, llegando a ocasionar disminución de la visión”, agrega Díaz.  

Asimismo, para que estos lentes sean seguros, “todos y sin excepción deben ser prescritos por un médico especialista, quien a su vez brindará la orientación necesaria para hacer un uso adecuado y responsable de estos dispositivos con el fin de evitar efectos adversos en la salud visual”.

Tres prácticas de mal uso para tener en cuenta


1.    Sobreuso: Es común que estos dispositivos se usen durante varias horas al día para exhibirlos ante los demás. “Este sobreuso puede ocasionar resequedad del ojo y lesiones en la córnea, conocidas como queratitis”, dice Díaz.

 

2.    Mala manipulación: En ocasiones, al intentar ponerse los lentes de contacto rápidamente, se realizan prácticas inadecuadas que pueden dañar su material y, lo que es aún más grave, lastimar el ojo. “Por ejemplo, no lavarse las manos antes de manipularlos y guardarlos sin el líquido adecuado en el estuche, puede aumentar el riesgo de infecciones oculares y úlceras en la córnea, provocando visión borrosa”, añade.

 

3.    Dormir con los lentes de contacto puestos: Esto reduce el oxígeno al ojo y puede hacer que el lente se quede atrapado dentro de los párpados sin que la persona se dé cuenta, lo que puede provocar reacciones alérgicas, sensación de cuerpo extraño e infecciones oculares. 

Preste atención porque problemas como la queratitis (inflamación de la córnea), la resequedad del ojo, las úlceras corneales causadas por infecciones y las reacciones alérgicas, entre otras, son consecuencia de un lente de contacto ya deteriorado o no prescrito y de una mala manipulación del mismo.

Seis recomendaciones si utiliza lentes de contacto por primera vez

Primero, antes de ponerse el dispositivo, lávese con agua y jabón las manos y séquese bien. Luego, al sacar el lente, póngaselo en la punta del dedo. Igualmente, asegúrese de que no esté al revés, para esto recuerde que su perfil debe estar curvado y bien orientado.

Segundo, al ponérselo mírese directamente en un espejo y utilice el dedo índice para sujetar el párpado superior del ojo contra la ceja y el dedo corazón para tirar del párpado inferior.

Tercero, coloque el lente sobre el iris asegurándose de que sus bordes tocan el ojo Posteriormente, suelte los párpados y parpadee o masajee suavemente el ojo para que el dispositivo se ajuste.

Cuarto, limpie siempre los lentes de contacto con líquidos adecuados, estos permiten desinfectar e hidratar el dispositivo.

Quinto, siempre retírese los lentes antes de dormir.

Sexto, tenga en cuenta la prescripción médica para su uso, pues estos no se pueden utilizar indefinidamente y van perdiendo sus propiedades con el tiempo.

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