miércoles, 9 de octubre de 2024

 DOLOR Y CALAMBRES EN LAS PIERNAS, SÍNTOMAS QUE NO LE CONVIENE PASAR POR ALTO 

El dolor y los calambres en las piernas no siempre son problemas ortopédicos; ambos pueden ser signos de la  enfermedad arterial periférica, (EAP), un trastorno grave del flujo sanguíneo que también afecta el corazón. En la enfermedad arterial periférica (EAP), las arterias se estrechan, reduciendo el flujo sanguíneo hacia las extremidades afectadas, lo que impide que reciban la cantidad necesaria para satisfacer sus demandas. La Dra. Young Erben, cirujana vascular de Clínica Mayo, explica que la forma más común de EAP es la que afecta las piernas y los pies.

La Dra. Erben destaca la importancia de tratar la EAP de manera temprana. En los casos más graves, la enfermedad puede derivar en heridas abiertas que no cicatrizan, provocando la muerte del tejido y, en última instancia, la pérdida de extremidades.

Las opciones de tratamiento incluyen una técnica quirúrgica tradicional que los cirujanos de Mayo están revitalizando y perfeccionando, brindando nuevas esperanzas a los pacientes con EAP avanzada.

A nivel mundial, la enfermedad arterial periférica a menudo permanece sin tratar, a pesar de ser ampliamente reconocida por los médicos como un importante factor de riesgo para enfermedades cardíacas.

“Los síntomas más comunes incluyen dolor en las piernas o calambres al caminar y pequeñas heridas en los pies que no sanan. La primera reacción de una persona puede ser que no se trata de algo importante, pero ante estos síntomas se debe consultar con el médico”, indica la especialista de Clínica Mayo

Especialmente si se tiene diabetes, presión arterial alta, colesterol alto o se es fumador y se presentan estos dolores, se debe acudir a la consulta médica, “en esos  pequeños detalles es que detectamos la mayoría de los casos de EAP”, dice la Dra. Erben.

El tratamiento depende de cada caso, pero suele incluir:

        Tratar los factores de riesgo para la enfermedad arterial periférica, tales como presión arterial alta, colesterol alto, diabetes, obesidad y tabaquismo.

        Realizar exámenes para problemas adicionales de flujo sanguíneo, tales como la enfermedad arterial coronaria, puede ser necesario.

        Desarrollar un programa de caminata — generalmente realizándolo en una cinta de correr — que el paciente puede seguir en casa o con un fisioterapeuta o entrenador físico.

"Caminar desarrolla nuevos vasos sanguíneos colaterales y aumenta el flujo sanguíneo a las piernas. He observado esto con mis pacientes a lo largo del tiempo: en tres a seis meses, si son diligentes al caminar, el dolor al caminar disminuirá y las personas que se encuentran en las primeras etapas de la EAP casi pueden volver a la normalidad”, explica la Dra. Erben.

Otras personas tendrán más acumulación de placa y bloqueos en los vasos sanguíneos de las piernas. La medicación puede ser necesaria para aumentar el flujo sanguíneo. En algunos casos, puede ser necesario algún procedimiento, como la inserción mínimamente invasiva de globos y/o stents para abrir las arterias; cirugía para eliminar bloqueos; o cirugía de bypass, en la que un cirujano extrae una vena de otra área del cuerpo y la conecta por encima y por debajo de una arteria bloqueada para mejorar el flujo sanguíneo, indica la Dra. Erben.

Se pueden recetar anticoagulantes para ayudar a mantener una mejor circulación.

En la forma más avanzada de la enfermedad arterial periférica, las personas pueden tener úlceras en los pies que se infectan. El objetivo, entonces, pasa a ser salvar la extremidad afectada: los cirujanos pueden realizar bypasses y, en algunos casos, una operación llamada arterialización transcatéter de las venas profundas (DVA, por sus siglas en inglés), en la que se conecta una arteria a una vena para tratar de proporcionar un flujo sanguíneo adicional que ayude en la cicatrización de las heridas.

Este procedimiento fue pionero en otros lugares en la década de 1970. Finalmente perdió popularidad con el desarrollo de técnicas menos invasivas, como globos y stents, que podrían usarse previamente en la EAP. En este momento, los cirujanos vasculares de Mayo Clinic están resucitando y perfeccionando este procedimiento, dice la Dra. Erben.

"Se considera una innovación, pero es una de esas técnicas antiguas que de alguna manera fue olvidada y que ahora está siendo resucitada. Comenzamos a realizarlo hace unos tres años para pacientes cuyas extremidades están amenazadas por la etapa final de la EAP y estamos teniendo éxito.”

En casos muy avanzados de enfermedad arterial periférica, el tratamiento puede requerir la amputación de la extremidad afectada, como los dedos de los pies o la pierna por debajo o por encima de la rodilla.

Los peores escenarios con EAP avanzada y el éxito que a menudo se observa cuando la enfermedad se detecta y trata temprano son la razón por la que es importante informar a su médico si comienza a experimentar síntomas recurrentes de calambres en las piernas, dolor en las piernas que comienza con el ejercicio y termina con el descanso o que no desaparece; o una herida en el pie, aunque sea pequeña, que perdura, explica la Dra. Erben.

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