martes, 15 de julio de 2025

 DORMIR BIEN SÍ ES POSIBLE: CINCO CONSEJOS PARA LOGRAR UN DESCANSO REPARADOR

Cada noche, cuando la rutina se apaga, algunas personas se enfrentan a una realidad silenciosa pero cada vez más común: la dificultad para dormir bien. En Colombia, se estima que el 27 % de la población presenta algún tipo de trastorno del sueño, según un estudio publicado por el Instituto Nacional de Salud en la Revista Biomédica, esta cifra refleja el impacto silencioso pero significativo que este problema tiene sobre la salud física y mental.

La doctora Karem Parejo, neuróloga adscrita a Colsanitas y presidenta de la Asociación Latinoamericana del Sueño, comparte una serie de recomendaciones respaldadas por la ciencia para ayudar a quienes enfrentan trastornos del sueño o desean mejorar su calidad de descanso:

  1. La actividad física regular reduce el tiempo que toma conciliar el sueño y mejora su calidad. Sin embargo, se recomienda hacer ejercicio en la mañana o primeras horas de la tarde, ya que el ejercicio intenso en la noche puede activar demasiado el cuerpo. La doctora Parejo señala que ejercitarse puede atenuar síntomas de insomnio y de apnea del sueño leve o moderada.
  2. Exponerse a luz natural en la mañana y evitar pantallas al menos una hora antes de dormir son acciones simples que ayudan a mantener en equilibrio el ritmo circadiano, el reloj interno que regula los ciclos de sueño y vigilia.
  3. Dormir en un lugar oscuro, silencioso y con temperatura entre 18 °C y 22 °C favorece un descanso más profundo. También es importante contar con colchones y almohadas ergonómicos.
  4. Respirar conscientemente y observar los pensamientos sin juicio ayuda a calmar la mente, romper el ciclo de la hiperactividad mental y facilitar el sueño.
  5. La Terapia Cognitivo-Conductual para el Insomnio (TCC-I) ha demostrado ser una de las estrategias más efectivas, al abordar tanto los hábitos como los pensamientos que interfieren con el descanso. Según la doctora Parejo, esta terapia es importante cuando el insomnio se vuelve persistente, debido a que actúa sobre factores conductuales, como el tiempo prolongado en la cama despierto, y factores cognitivos, como la preocupación excesiva por no dormir.

“El sueño de calidad es un componente esencial de la salud integral. Muchas veces pasamos por alto su impacto en la memoria, el estado de ánimo o el sistema inmune. No se trata de dormir más horas, sino de dormir mejor. Identificar los factores que interfieren con el descanso y tomar medidas a tiempo puede marcar la diferencia entre una vida con fatiga constante y una con bienestar y energía renovada”, explicó la doctora Karem Parejo.

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad vital, por tanto adoptar hábitos saludables y prestar atención al entorno y al bienestar mental puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida.

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