¿TU BARRIGA NO VOLVIÓ A SER LA MISMA TRAS EL PARTO? PODRÍA SER DIÁSTASIS ABDOMINAL
En la mayoría de los casos, esta separación tiende a cerrarse naturalmente durante los primeros meses, pero en cerca del 30 % de las mujeres puede permanecer y generar molestias que afectan la calidad de vida. Sin embargo, muchos pacientes desconocen que la diástasis existe y que tiene tratamiento médico y fisioterapéutico.
“Estos
músculos —los de la famosa ‘chocolatina’— tienen una separación normal de hasta
dos centímetros. Pero durante el embarazo o por un aumento importante de peso,
esa distancia puede extenderse hasta los 8 o 10 centímetros. Lo ideal es que,
tras el parto o con el entrenamiento físico adecuado, vuelvan a su lugar. Sin
embargo, no siempre ocurre”, explica Catherine Barón, cirujana plástica
adscrita a Colsanitas.
Esta
condición además de tener implicaciones estéticas, como un abdomen abultado que
no mejora con ejercicio, también puede provocar dolor lumbar, escapes de orina,
disfunción sexual y alteraciones intestinales, especialmente cuando los
músculos abdominales pierden fuerza y no sostienen adecuadamente los órganos
internos.
La
actividad física sin acompañamiento profesional puede empeorar el problema.
Durante la pandemia, aumentaron los casos de diástasis debido al auge de
rutinas virtuales sin diagnóstico previo. Ejercicios como abdominales
tradicionales, planchas o jumping jacks están contraindicados si no se ha
evaluado el estado de la musculatura abdominal y del piso pélvico.
El
tratamiento varía según las necesidades de cada paciente. En muchas
situaciones, una rutina guiada de ejercicios hipopresivos puede ser suficiente
para fortalecer la zona. Cuando la diástasis es severa o los síntomas
persisten, puede considerarse una cirugía funcional o estética, siempre
acompañada de rehabilitación.
El
primer paso es el diagnóstico médico, si hay sospecha, se recomienda acudir a
un especialista para realizar una valoración física o por imágenes. No es
necesario resignarse a vivir con estos síntomas: hay soluciones clínicas que
permiten recuperar el bienestar físico y funcional después del embarazo.
Reconocer
la diástasis abdominal como una condición médica y no como una consecuencia
inevitable de la maternidad es clave para mejorar la calidad de vida de miles
de mujeres. Con información clara, diagnóstico oportuno y el acompañamiento
adecuado, es posible tratar esta afección de forma efectiva y segura. Hablar
del tema es también una forma de cuidar la salud física y emocional de quienes
han pasado por el embarazo y merecen una recuperación plena.
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