martes, 28 de octubre de 2025

 ¿QUÉ ES LA PUBERTAD PRECOZ Y POR QUÉ DEBE TRATARSE A TIEMPO? 

La pubertad precoz es una condición que afecta entre 1 de cada 5.000 y 10.000 niños, según el National Institute of Child Health and Human Development (NICHD). Se presenta cuando el desarrollo físico y hormonal ocurre antes de los 8 años en niñas y 9 años en niños, lo que puede tener efectos tanto físicos como emocionales si no se detecta y trata a tiempo.

En general, este diagnóstico no suele estar asociado a una enfermedad de base. Sin embargo, en algunos casos puede estar relacionado con alteraciones hormonales, antecedentes genéticos, lesiones en el sistema nervioso o incluso factores ambientales como el contacto con ciertas sustancias que interfieren en la regulación hormonal.

Entre las señales de alerta están la aceleración del crecimiento, aparición de vello púbico o axilar, cambios en la piel, olor corporal, acné, desarrollo mamario precoz o menstruación en niñas, y agrandamiento de genitales o vello facial en los niños.

“Cuando la pubertad comienza antes de tiempo, los huesos crecen rápidamente y, al cerrarse las placas de crecimiento, esto puede impedir que se alcance la altura esperada”, explica Camila Céspedes, endocrinóloga pediátrica adscrita a Colsanitas.

Más allá de lo físico, los niños con pubertad precoz también pueden experimentar dificultades emocionales y sociales. Es común que se sientan incómodos con su cuerpo o distintos frente a sus compañeros, lo que puede generar inseguridad, aislamiento o cambios de comportamiento. También se ha observado que factores como la obesidad infantil, los antecedentes familiares y la exposición frecuente a productos como cosméticos, plásticos o alimentos ultraprocesados podrían aumentar el riesgo de que se presente esta condición.

El tratamiento dependerá de la causa. En los casos más comunes, se recurre al uso de análogos de la GnRH, medicamentos que ayudan a frenar temporalmente la producción hormonal. Esta terapia ha demostrado ser segura y efectiva, y permite que el desarrollo se retome en el momento adecuado. Si la pubertad es consecuencia de una causa específica, como un tumor o una alteración glandular, se trabaja sobre esa condición.

“El pediatra, junto con los especialistas, definirá el estudio adecuado y, si es necesario, se derivará al paciente a endocrinología pediátrica para un diagnóstico y tratamiento más preciso”, agrega Céspedes.

Detectar y tratar la pubertad precoz de forma oportuna es clave para proteger el desarrollo físico, emocional y social de los niños. Ante cualquier señal, lo recomendable es consultar con el pediatra para una evaluación adecuada.

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