viernes, 1 de marzo de 2024

  ACTIVIDAD FÍSICA Y BUENOS HÁBITOS DE SUEÑO, CLAVES PARA COMBATIR LA OBESIDAD INFANTIL

-       En los países de medianos y bajos ingresos, la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en los niños de edad preescolar supera el 30%. UNICEF ha señalado que el 95% de los casos de esta enfermedad se deben a dietas con alto valor calórico y baja actividad física.

El 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, enfermedad que actualmente afecta a casi 4 de 10 personas de la población de todo el planeta. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, esta condición se manifiesta por la acumulación en exceso de grasa en el cuerpo que puede resultar perjudicial. Además, malos hábitos alimenticios, y la falta de actividad física, juegan un papel importante para que sus efectos sean mayores.

El panorama resulta menos alentador ya que uno de los grupos sociales que se están viendo más afectados por la obesidad son los niños. En países de medianos y bajos ingresos, la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en niños de edad preescolar supera el 30%; asimismo, UNICEF señala que el 95% de los casos de esta enfermedad se deben a dietas con alto valor calórico y baja actividad física.

De acuerdo con Alejandra Beltrán, Profesional de Gestión de Riesgo Intermedio de la EPS Famisanar, es importante atender la obesidad en niños a tiempo, porque de no hacerlo, esta población se está exponiendo a la aparición de enfermedades conexas como diabetes, cáncer y accidentes cardiovasculares, así como a trastornos del colesterol y lípidos, problemas ortopédicos, psicosociales, y gastrointestinales.

Para reducir el riesgo en los menores, las familias pueden tomar diferentes acciones para hacer frente a esta condición, entre las que se encuentran:

-       Organizar un modelo de comidas saludables: Para motivar a los niños a comer saludable, se puede ofrecer una variedad de frutas y verduras durante todo el día. Es importante, además, adoptar patrones de alimentación en los que se incluyan granos, fibra, verduras, legumbres y proteínas. Además, se deben evitar las bebidas azucaradas, leches saborizadas y gaseosas.

-       Moverse más en familia: La actividad física es clave para mantener el cuerpo y la mente saludable. Los niños que hacen ejercicio adquieren músculos y huesos más fuertes, mejor condición cardiovascular, y menor grasa corporal. Para evitar rangos de obesidad, se recomiendan 60 minutos de actividad física todos los días. 

-       Establecer rutinas antes de ir a la cama: Los niños que no duermen bien, corren el riesgo de aumentar de peso y afectar su salud. Adicionalmente, cumplir como mínimo 8 horas de sueño diarias, previene enfermedades como diabetes tipo 2, y problemas de atención y comportamiento.

-       Reemplazar el tiempo en las pantallas: Retirar las pantallas de los cuartos de los niños, permitirá que descansen mejor y que realicen actividades diferentes. Se ha demostrado que el uso de pantallas genera problemas de salud mental al igual que bajas calificaciones, mal humor y falta de sueño.

Para combatir la obesidad infantil es fundamental que las familias adopten medidas proactivas, promoviendo hábitos alimenticios saludables, fomentando actividad física regular, y priorizando un sueño reparador. Al establecer este tipo de rutinas, se pueden sentar las bases para un estilo de vida más equilibrado y activo.

En última instancia, la lucha contra esta enfermedad requiere un enfoque holístico que involucre a toda la comunidad, desde padres y educadores, hasta autoridades sanitarias y líderes gubernamentales. Solo a través de un esfuerzo conjunto y sostenido, se podrá combatir eficazmente esta crisis de salud pública y asegurar un futuro más saludable para nuestros niños.

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