jueves, 18 de julio de 2024

 ¿TIENE HONGOS? RECONOZCA Y TRATE LAS INFECCIONES EN UN 2X3

Las infecciones causadas por hongos son un problema común y natural que pueden afectar la piel, las uñas, el cabello, las mucosas y los órganos internos. Es fundamental aprender a reconocerlas para tratarlas a tiempo y evitar complicaciones graves ya que se encuentran en el aire, el suelo, las plantas, el agua; e incluso, en el cuerpo humano.

Según el doctor Carlos Álvarez, médico infectólogo y epidemiólogo adscrito a Colsanitas, las infecciones por hongos pueden clasificarse en dos categorías principales: las infecciones superficiales que son aquellas que afectan la piel, las uñas y el cabello. Un ejemplo muy común es el pie de atleta, la tiña, la candidiasis vaginal y la onicomicosis. Por otro lado, están las infecciones invasoras, las cuales afectan órganos internos como los pulmones, el cerebro y los ojos, y son más frecuentes en personas con sistemas inmunitarios debilitados.

“El diagnóstico de las infecciones por hongos se realiza mediante un examen físico y, en ocasiones, mediante exámenes de microscopio o cultivos para identificar el hongo causante y el tratamiento adecuado. El tratamiento depende del tipo de infección y su gravedad. Los medicamentos antimicóticos son comunes y pueden administrarse por vía tópica (cremas, ungüentos, lociones), oral o intravenosa” comentó Álvarez.

Las infecciones por hongos se producen por un crecimiento fúngico excesivo en el cuerpo. Las personas inmunosuprimidas son más vulnerables a infecciones por hongos “oportunistas” como cryptococcus, Histoplasma y Aspergillus, que pueden resultar en infecciones graves. Para Álvarez, las condiciones que pueden aumentar el riesgo de infecciones fúngicas incluyen el exceso de humedad y el calor ya que los hongos prosperan en ambientes húmedos del cuerpo, como la ingle, las axilas y los espacios entre los dedos y se propagan más en ambientes cálidos.

Los síntomas varían según el tipo de infección y la ubicación. Algunos síntomas comunes son:

1.     Erupciones cutáneas: se reconocen por el enrojecimiento, picazón, inflamación, escamas o ampollas.

2.     Cambios en las uñas: tiene exceso de engrosamiento, decoloración, fragilidad o descamación.

3.     Molestias vaginales: genera diferentes tipos de picazón, ardor, flujo vaginal anormal o dolor durante las relaciones sexuales.

4.     Síntomas respiratorios: asociados a la tos, fiebre, dificultad para respirar o dolor en el pecho.

“Es crucial eliminar la humedad en áreas propensas a la acumulación de sudor para prevenir el crecimiento de hongos. El tratamiento puede requerir varias semanas o meses, y la falta de tratamiento adecuado puede llevar a infecciones crónicas y resistentes a los medicamentos” argumentó Álvarez.

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