¿CÓMO LA TECNOLOGÍA Y LA INNOVACIÓN ESTÁN CAMBIANDO LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER DE MAMA?
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En
el Mes Rosa, GE HealthCare resalta cómo la innovación médica transforma la
detección y tratamiento del cáncer de mama en Colombia.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en 2022 se registraron más de 2.3 millones de nuevos casos de cáncer de mama en el mundo, con 670 mil fallecimientos atribuibles a esta enfermedad[1]. En América Latina y el Caribe, se reportan cada año más de 462 mil diagnósticos nuevos y cerca de 100 mil defunciones, según la Organización Panamericana de la Salud[2].
En Colombia, el panorama es
preocupante: entre enero de 2023 y el mismo mes de 2024, el cáncer de mama fue
el más común en mujeres, al diagnosticarse más de 9.600 casos, siendo el más
frecuente entre los 11 tipos priorizados en el país[3], según la Cuenta de Alto
Costo, y más de cinco mil muertes, de acuerdo con la Liga Colombiana Contra el
Cáncer[4].
Frente a esta realidad, la
innovación tecnológica se ha convertido en un eje fundamental para cambiar la
historia del cáncer de mama. En los últimos años, hemos visto cómo la
innovación ha transformado la forma en que se detecta, diagnostica y trata esta
enfermedad. Desde dispositivos portátiles para autoexploración hasta algoritmos
de Inteligencia Artificial (IA) que analizan mamografías en tiempo real, la
medicina de precisión ha dejado de ser una promesa para convertirse en una
realidad tangible.
Además, el uso de tecnologías
híbridas de imagen que combinan mamografía digital, ultrasonido y resonancia
magnética permite detectar lesiones en pacientes con tejido mamario denso, un
reto histórico en la medicina diagnóstica. Estas soluciones ya están presentes
en clínicas de alta especialidad del país y la región, aunque aún no alcanzan
una cobertura amplia.
Indirectamente, la presencia de estos dispositivos
médicos ha impulsado la creación de protocolos más precisos y personalizados. En Colombia, el Ministerio de Salud ha
reforzado las acciones para la prevención, tamizaje y diagnóstico, a través de
la Guía de Atención Integral (GAI) que estableció la mamografía bianual para
mujeres entre 50 y 69 años en el marco de programas de detección temprana[5], con el
fin de homologar prácticas entre el sector público y privado.
“La tecnología médica no solo
aporta eficiencia, sino esperanza. Gracias a la integración de soluciones
inteligentes, estamos ayudando a los profesionales de la salud a detectar
lesiones más pequeñas, en menos tiempo y con mayor precisión, incluso en
pacientes con tejido mamario denso”, afirmó Adriana Franco, Country Manager de
GE HealthCare en Colombia.
Asimismo, el desarrollo de
plataformas de telemedicina y aplicaciones móviles educativas ha permitido
llevar información y atención médica a comunidades con limitado acceso a
servicios especializados, fortaleciendo la cultura de prevención y detección
temprana.
“Creemos que cada innovación
tiene sentido cuando logra impactar vidas. Octubre Rosa no debe ser solo una
campaña visual, sino una oportunidad para promover el acceso equitativo a
tecnologías que salvan vidas”, añadió Franco.
El autoexamen mamario continúa siendo una herramienta esencial de autocuidado, complementaria a los estudios de imagen. Detectar cambios en la forma o textura del seno, bultos o retracciones puede marcar la diferencia entre un diagnóstico temprano y uno tardío.
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