martes, 14 de octubre de 2025

 DÍA MUNDIAL CONTRA EL DOLOR: NO TRATAR A TIEMPO ESTE SÍNTOMA, REDUCE LA CALIDAD DE VIDA HASTA EN UN 50 %

·          Según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés), 1 de cada 5 adultos en el mundo padece dolor; y 1 de cada 10 es diagnosticado con dolor crónico cada año. 1

·          Esta condición representa el 80 % del motivo de consultas anuales a los servicios de urgencias, de las cuales el 60 % corresponde a causas agudas.2

·          Un estudio realizado por la Universidad de los Andes reportó que el 65 % de los deportistas aficionados experimenta dolor agudo relacionado con la actividad física.4

El dolor representa un problema de salud global. Según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés), 1 de cada 5 adultos en el mundo lo padece, y 1 de cada 10 es diagnosticado con dolor crónico cada año[1]. Por ello, en el marco del Día Mundial contra el Dolor, Bayer y la Asociación de Medicina del Deporte de Colombia (AMEDCO), se unen para generar conciencia sobre las consecuencias de normalizar esta condición en la vida cotidiana y en ejercicio, destacando la importancia de abordarla de manera oportuna.

El dolor se define como una sensación desagradable que puede presentarse por múltiples causas como enfermedades, accidentes laborales, traumas físicos, lesiones deportivas, entre otras. Esta condición es el 80 % del motivo de consultas anuales a los servicios de urgencias, de las cuales el 60 % corresponde a causas agudas[2]. Aunque su frecuencia es similar entre ambos géneros, un estudio realizado por Cifras y Conceptos y la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor evidenció que las mujeres presentan una prevalencia del 58 % en los episodios de dolor, frente al 42 % reportado por los hombres.[3]

“Existen distintos tipos de dolor y reconocerlos es clave para cuidar nuestra salud: el agudo suele ser de corta duración y está relacionado con una causa específica, como una lesión, la mala postura, sobrecarga muscular o un procedimiento quirúrgico. En cambio, el crónico persiste por más de tres meses y puede deberse a enfermedades como la artritis o la fibromialgia. Comprender esta diferencia permite adoptar decisiones informadas sobre el tratamiento; optar de manera responsable por el uso adecuado de analgésicos en caso de dolor agudo; y buscar orientación médica cuando sea necesario”, afirmó Melissa Kallmann, médica epidemióloga y directora médica de Bayer para la Región Andina CH.  

Ignorar o tratar inadecuadamente el dolor puede tener consecuencias significativas para la salud, al generar discapacidad funcional, problemas emocionales y trastornos del sueño, lo cual tiene un impacto directo en la productividad, la independencia y el rendimiento. Además, cuando este síntoma se vuelve persistente, puede contribuir al desarrollo de otras condiciones como obesidad o enfermedades cardiovasculares, al limitar la actividad física y promover el sedentarismo.

Lo anterior, también se refleja directamente en la calidad de vida. Diversos estudios indican que alrededor del 50 % de las personas con dolor crónico presentan ansiedad o depresión, lo que puede desencadenar en frustración, desesperanza y aislamiento social, afectando las relaciones interpersonales y la salud mental. De igual forma, si este síntoma no se trata, reduce la calidad de vida entre un 30 % y 50 %.[4]

¿Cuál es la relación entre el dolor y la actividad física?

El dolor es una respuesta natural del cuerpo frente al ejercicio, especialmente cuando se inicia una nueva rutina o se incrementa el esfuerzo del entrenamiento. Sin embargo, este tipo de molestias no es normal en todos los casos. Para evitar consecuencias a largo plazo, es clave diferenciar cuándo un dolor es simplemente parte del proceso de adaptación y cuándo se está cruzando una línea peligrosa hacia una lesión.

El dolor muscular de aparición tardía es una consecuencia común después de una actividad física intensa, desconocida o a la que no se está acostumbrado. Ocurre debido a pequeñas rupturas de las fibras musculares que obligan al cuerpo a construir unas más robustas y fuertes, contribuyendo al desarrollo de una mayor resistencia. Suele presentarse entre 12 y 24 horas después del ejercicio, alcanzando su punto máximo entre las 24 y 48 horas, para luego desaparecer.

Por el contrario, el dolor agudo está estrechamente relacionado con la actividad física inadecuada o con sobrecarga. La falta de calentamiento previo, problemas de hidratación, el uso incorrecto de técnicas y el aumento repentino en el nivel de entrenamiento son factores que contribuyen a su aparición. Un estudio de la Universidad de los Andes reportó que el 65 % de los deportistas aficionados experimenta dolor agudo[5], evidenciando la necesidad de realizar una valoración previa al inicio de una nueva etapa de actividad física y la adecuación de las cargas como parte del proceso.

Adoptar medidas de autocuidado permite manejar las molestias derivadas de la actividad física y prevenir complicaciones. “Es importante no normalizar el dolor. Cuando se presenta de forma punzante o localizada, especialmente si está acompañado de hinchazón, moretones o incapacidad para mover la articulación, puede indicar que hay una lesión. Si persiste más de tres días o se intensifica, es recomendable buscar atención médica. Actuar a tiempo permite un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno, evitando complicaciones y favoreciendo una recuperación segura”, expresó Juan Manuel Correa, presidente de la Asociación de Medicina del Deporte de Colombia.

Además de reconocer a tiempo los signos de una lesión, es fundamental adoptar hábitos que favorezcan la recuperación del cuerpo. Medidas como el descanso, la aplicación de frío y los estiramientos suaves ayudan a aliviar las molestias leves derivadas de la actividad física. En casos de dolor agudo, se puede decidir por el uso responsable y racional de analgésicos de venta libre, siempre de forma temporal y complementaria a estas acciones.

Finalmente, el dolor no debe ser una constante. Reconocerlo y abordarlo de manera adecuada no solo protege la salud física, también contribuye al bienestar emocional y a la calidad de vida. Prestar atención a las señales del cuerpo y adoptar hábitos de autocuidado permite prevenir lesiones, así como disfrutar de la vida diaria y de la actividad física de manera segura.  


[1] Goldberg, D. S., & McGee, S. J. (2011). Pain as a global public health priority. BMC Public Health, 11, Article 770. https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/1471-2458-11-770

[2] Dussart, C., Gelas, J., Geffroy, L., de Fréminville, H., & Lvovschi, V.-E. (2019). Medico-Economic Study of Pain in an Emergency Department: A Targeted Literature Review. Journal of Market Access & Health Policy, 7(1), Article 1659099. https://doi.org/10.1080/20016689.2019.1659099

[3] Cifras y Conceptos & Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor. (2023). Percepción y manejo del dolor en Colombia. Bogotá, Colombia.

[4] Gureje, O., Von Korff, M., Simon, G. E., & Gater, R. (1998). Persistent pain and well-being: A World Health Organization Study in Primary Care. The Journal of Pain and Symptom Management, 16(2), 81-89. https://doi.org/10.1016/S0885-3924(02)00411-6

[5] Pérez, J., et al. (2019). "Dolor agudo en deportistas amateurs: una evaluación en Bogotá". Revista de Ciencias del Deporte, 10(2), 45-52. Revista de Ciencias del Deporte.

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